Fiestas tradicionales de Montefrío

Navidad y Reyes

Noche de las lumbres

Con motivo de la fiesta de “La noche de las Lumbres” -celebración ancestral situada al final de la recolección de la cosecha de aceitunas – los niños pululaban incansables por el pueblo, acumulando todo lo habido y por haber que fuera susceptible de ser quemado, y competir así en grandeza y esplendor con las otras lumbres. El bien más preciado, consistía en conseguir “rondeles”: esterillas de esparto que se usaban para prensar las aceitunas en las almazaras, y que al quedar impregnadas de aceite ardían como teas.
Al amor de las candelas, se degustan en esta celebración todo tipo de carnes y los apreciados embutidos locales asados, se hacen corros, y se cantan canciones típicas de las Candelarias. Montefrío se muestra a lo lejos repleta de multitud de puntos de luz, que se reparten desde los más lejanos cortijos hasta el centro mismo de la población.

Semana Santa

Día de la Cruz

• 3 de Mayo

Fiesta muy extendida por Granada y sus pueblos; pero en Montefrío su desarrollo ha sido diferente y digno de ser destacado por su originalidad, laboriosidad y buen gusto. Las cruces que habitualmente podemos encontrar en nuestra capital y en sus diferentes poblaciones, son de claveles; pero en Montefrío, la creatividad de los motivos elegidos dan lugar a un despliegue artesanal que impresiona a los visitantes, y en el que los motivos, materiales, y formas son sorprendentes. Por poner un ejemplo, una de las obras más destacables que realizó el Centro de Día de personas Mayores, fue una cruz construida con cientos de chapas de refrescos y cervezas, pintadas a modo de cerámica granadina con un resultado visual espectacular.

La Fiesta del Rayo

• Último domingo de mayo.

El último domingo de mayo, cientos de vecinos se dan cita en la Iglesia de la Encarnación – la Iglesia “Redonda” como comúnmente se la conoce- para escuchar misa y acompañar a la Virgen de los Remedios por las calles, en esta fecha tan especial para Montefrío.
Según la leyenda, el 29 de mayo de 1766, festividad del Corpus Christi, los fieles acudieron a la Iglesia de la Villa a escuchar misa, cuando de repente se formó una gran tormenta. En medio de un estruendo gigante, un enorme rayo cayó sobre la iglesia, rompiendo las vidrieras del templo y provocando que una piedra de grandes dimensiones se desprendiera de la bóveda, dejando un gran agujero, y fuera a caer justo encima de los fieles. En medio de la enorme polvareda que se levantó, los montefrieños se temían lo peor. Sin embargo, cuando salieron de la iglesia pudieron comprobar que no murió nadie, y solo un pequeño perro, llamado Sultán, gemía de forma lastimera porque el rayo le había cortado el rabo cuando entró al templo, asustado, para ver si le había ocurrido algo a su dueño. La leyenda cuenta que los vecinos comenzaron a gritar que había sido un milagro de la Virgen de los Remedios, y prometieron sacarla en procesión cada año el 29 de mayo, y hacer una función religiosa con misa y procesión costeada por el pueblo. Destacamos que, en los primeros años, la imagen de la Virgen se procesionaba acompañada de su patrona, San Bárbara: este detalle viene a confirmar el refrán que nos indica que “nadie se acuerda de Santa Bárbara hasta que truena”. A consecuencia del incidente del rayo, los vecinos de la localidad realizaron una curiosa promesa que aún hoy, 250 años después, sigue perdurando: todos los perros del pueblo tienen permiso (bula) para poder entrar a la Iglesia de la Villa.